martes, 1 de noviembre de 2016

La Semilla Criolla


Hablar de semilla criolla en este momento histórico que vive nuestro país es reivindicar nuestras herencia campesina, indígena y afro, es remontarnos a las prácticas ancestrales de extracción y conservación de las mismas, siendo necesario y urgente activarnos en esta importante tarea, ya que venimos de una producción de alimentos contaminados, consecuencia de la implementación de semillas certificadas y transgénicas, siendo las primeras un monopolio empresarial, cuya plantación genera una sola producción y mantiene a los agricultores dependientes de estas empresas, y la segunda son las semillas alteradas genéticamente, las cuales producen frutos vistosos, muy grandes y contaminados que ponen en riesgo la salud del consumidor.
La semilla criolla o de identidad como algunos le dicen, es la autóctona, es aquella que se adapta a nuestro entorno y es producto de cosechas anteriores, por lo general los agricultores la toman de la primera producción de su cosecha, seleccionando los frutos más grandes y sanos para extraer la semilla, esto en el caso de las bayas pepónides, como lo son el melón, la lechosa, patilla entre otras frutas, el proceso consiste en extraer de los frutos la semillas, se colocan en un colador y se lavan, se llevan a en una bandeja, periódico o cartón de manera que queden extendidas y puedan secarse, es ideal colocarlas en un sitio fresco y moverlas con las manos, ya que tienden a pegarse, después de estar totalmente secas se pueden almacenar, para su conservación es recomendable emplear envases herméticos de plástico o vidrio con tapa y colocarlos en espacios donde la temperatura sea menos de 30 grados centígrados.
Existen diversas formas de reproducción vegetal según el rubro, para la extracción de semillas las que se encuentran a nuestro alcance son las mencionadas anteriormente, sin embargo muchas preguntas han surgido en sábados pedagógicos, jornada de ensemillamiento y encuentros pedagógicos sobre el cultivo de yuca, pues algunas personas desconocen que es una raíz y su propagación es por estaca, estacas que no se consiguen en el mercado, estas se obtienen de los tallos de la planta cuando se saca la producción, es decir en el terreno, por lo que es más difícil conseguirlas. Este es un cultivo que ha despertado mucho interés, por el alto consumo que ha tenido los últimos meses en los hogares venezolanos sustituyendo a la harina de maíz, donde a nivel gastronómico tenemos un cambio en el menú, gozando de una alimentación sana a través de su consumo, a pesar de no ser un cultivo de ciclo corto ya algunas instituciones han sembrado este rubro y realmente se han interesado por profundizar en el tema de la producción.
Desde la práctica pedagógica el docente tiene en sus manos la oportunidad de cambiar la cultura escolar heredada, consumista, trasmitida a nuestros niños y niñas por décadas y transformarla en una pedagogía que parta de la creatividad, la construcción y la producción, la cual permita establecer un vínculo entre el trabajo y el estudio, donde lo manual y lo intelectual van de la mano propiciando una formación donde sean capaces de rescatar y valorar las tradiciones y costumbres de nuestra herencia campesina, producir alimentos sanos, y contribuir a la concreción de una escuela productiva, generando soberanía cognitiva y alimentaria.
Realmente el tema de la producción no es nuevo en el ámbito educativo, los últimos diecisiete años hemos vivido una transición de un curricular que apunto al cambio de un sistema educativo descontextualizado, desfasado y sin sentido, donde existía un constante consumo de saberes, es a partir de la propuesta del currículo bolivariano y ahora con la transformación curricular que se toma realmente en cuenta el interés superior del niño, sus necesidades de aprendizaje y la pertinencia al momento histórico que vive el país, todo ello de la mano de los programas y proyectos del Ministerio del Poder Popular para la Educación y que en el caso de la producción el Programa Todas las Manos a las Siembra (PTMS) con el que los docentes iniciamos un aprendizaje constante y para la vida.
Desde sus comienzos en nuestro estado Aragua que ha sido pionero en la implementación del Programa Todas las Manos a la Siembra hemos vivido y compartido infinitas experiencias, en lo particular he tenido la oportunidad de trabajar en dos contextos totalmente distintos y contextualizar el programa, mi primera experiencia fue en la U.E.E. Mesa de Paya en el Municipio Tovar, donde la agricultura es la principal fuente de economía y muchos pensaran que no hay inconveniente con la producción, pero si los hay, el nivel de contaminación por uso indiscriminado de agrotóxicos es muy alto, la tala y quema de las montañas eran el pan nuestro de cada día lo que incidía en la preservación de las nacientes de agua y en la conservación de ese pulmón vegetal, la pedagogía y las estrategias me permitieron realizar con los estudiantes jornadas de recolección de semillas en la montaña de árboles forestales y que por naturaleza están ahí, como la palma real, icono de la Colonia Tovar, que se encuentra casi extinta consecuencia de la deforestación, esta recolección de semillas nos permitió crear un vivero y luego realizar una jornada de reforestación en la que participaron estudiantes, las tres docentes que trabajábamos en ese momento en la institución y representantes, esto motivo a la comunidad y se convirtieron y vigilantes constantes de ese reservorio natural, trabajamos en nuestros proyectos de aprendizaje y el proyecto educativo integral comunitario con hábitos ecológicos fomentando el cambio de conciencia de una agricultura contaminante y destructiva a una agricultura sustentable a través de la agroecología.
Es realmente difícil cambiar la mentalidad de un productor que por años ha cultivado la tierra con agrotoxicos pero esta generación que se viene levantando de futuros agricultores ya tiene una visión distinta de la producción y de la importancia de la preservación del planeta en esta institución estuve ocho años aprendiendo de mis niños, niñas y de la comunidad logramos realizar muchas practicas agroecológicas de recolección de semillas, elaboración de trampas para insectos donde aprendí por medio de un estudiante que venía por cambio de residencia de Costa de Paraulata (caserío del Municipio Tovar) como se controla la broca del café sin plaguicidas, siendo este un cultivo no común en la zona donde me encontraba pero para él era su diario vivir, ese intercambio de experiencias te permite crecer como persona y profesionalmente no podemos ser docentes por título, realmente somos docentes desde el momento en que nos entregamos en cuerpo y alma a la práctica pedagógica y estamos dispuestos a formarnos junto a nuestros estudiantes.
Mis experiencias pedagógicas más reciente en cuanto al tema de la semilla, han sido como docente de apoyo del Centro Local de Investigación y Formación Permanente del Magisterio (CLIFPM) en el Municipio José Félix Ribas, donde a través del Programas Todas las Manos a la Siembra y conjuntamente con el equipo de trabajo del CLIFPM hemos realizado sábados pedagógicas prácticos de extracción de semilla, siembra, temas de economía social y entomología, conociendo los insectos que afectan los cultivos de ciclo corto, todo ello con la participación de docentes, madres de la patria y directivos cuya experiencia han llevado a sus instituciones y han puesto en práctica, de igual manera realizamos jornadas de ensemillamiento en diferentes instituciones entre ellas, E.B.N. La Mora, U.E.P Jesús de Nazaret, U.E.N Luisa Paredes de Antonini, actividades enmarcadas en el Día Nacional de la Semilla Criolla, cuyo inicio fue una sorpresa, un niño de primer grado de la U.E.N Luisa Paredes de Antonini pidió la palabra para interpretar voluntariamente una canción de Simón Díaz “El Perico en el Conuco” totalmente propicia para el momento y la actividad, ahí es cuando vemos que esta generación que viene creciendo está más ligado al tema de la producción y al rescate de nuestras raíces.
En las instituciones mencionadas comenzamos con un foro sobre la semilla y los métodos de extracción, donde los niños y niñas intervenían constantemente para exponer sus experiencias, dejando ver el interés por el tema de la producción, luego pasamos a la práctica de elaboración de semilleros de ají, pimentón y siembra directa de cilantro y cebollín, realmente fueron días muy productivo donde el llamado fue a producir lo que consumimos, aprovechar los espacios susceptibles de siembra en la escuela y a trabajar en colectivo con el PTMS integrando lo pedagógico con el trabajo productivo.
Muchos han sido los llamados a producir lo que comemos, realmente El Estado ha activado las políticas necesarias para garantizar la soberanía alimentaria en nuestro país, ya está de parte de cada uno de nosotros el reflexionar y ser conscientes de la situación mundial de desabastecimiento, hambruna y mal nutrición que visiblemente se evidencia en la ciudadanía, ya es hora de que como docentes tomemos ese lema del documento de transformación curricular y lo pongamos en práctica “Formar Produciendo y Producir Formando”, solo produciendo lo que comemos vamos a llegar a ser un pueblo libre y soberano
Autora: Profa. María Isabel Zerpa



Recolección de Semilla de árboles forestales en la Montaña Sector Mesa de Paya Caserío Monte Oscuro Colonia Tovar
Estableciendo Vivero de Forestales en la U.E.E Mesa de Paya
Recorrido por la Montaña para realizar reforestación
Foro sobre la semilla EBN La Mora
UEN Luisa Paredes de Antonini Foro sobre la Semilla
Selección de Semillas EBN La Mora
Elaborando Semilleros de Pimento UEP Jesús de Nazaret
Desmalezado de canteros destinados a la siembra EBN La Mora

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